Quien está considerado por muchos como el mejor jugador de la historia, el 6 de octubre de 1993 anunció su primer retiro, después de haber logrado tres campeonatos con Chicago Bulls.
El 6 de octubre de 1993 el mundo del básquetbol se detuvo por un instante, perplejo y sin poder reaccionar, sucede queMichael Jordan acababa de anunciar su retiro antes de comenzar la temporada 1993/94, tan solo cuatro meses después de haber ganado su tercer anillo de campeón con Chicago Bulls.
Era una época donde no había Internet para el común de la gente, por eso los cables de las agencias, y las cadenas de noticias en inglés -desde Estados Unidos- fueron los que tuvieron la primicia, los primeros en confirmar el retiro del hombre que había revolucionado el planeta, el jugador que no solo había mantenido el resurgimiento de la NBA propiciado por el duelo entre Magic Johnson y Larry Bird, sino que además lo había potenciado.
Se tejieron muchos rumores, pero fue el mismo Jordan quien explicó que su retiro se debía a que ya no sentía el juego como antes, que le faltaba motivación, y que la muerte de su padre, producida tres meses, antes había terminado por influir en su decisión.
James Jordan había sido asesinado el 23 de julio de 1993 en el área de servicio de una carretera enLumberton, una ciudad ubicada en el estado de North Carolina, a 1400 kilómetros de distancia deChicago. Al padre de Michael lo mataron y le robaron un automovil Lexus, valuado en 40.000 dólares, que él le había regalado.
Michael Jordan se retiró con tres anillos de campeón (1990/91, 1991/92 y 1992/93), tres MVP de las finales, tres MVP de la temporada (1987/88, 1990/91 y 1991/92), Mejor Defensor del Año (1988), Rookie del Año (1985) y consagrado como el máximo anotador de durante siete años consecutivos (de 1986/87 a 1992/93), logrando igualar la marca del mítico Wilt Chamberlain (de 1959/60 a 1964/65), algo que parecía imposible de ocurrir, de hecho en la actualidad es poco probable que algo así se repita.
Tras su retiro, Jordan incursionó en el beisbol firmando un contrato con Chicago White Sox, un equipo de las Grandes Ligas en Estados Unidos. Solo duró 17 partidos antes de ser traspasado a las ligas menores. Fue un fracaso para quien estaba acostumbrado a ganar, y a ser el mejor en lo que hacía. Apenas pudo cumplir la promesa que le hizo a su padre de incursionar en el beisbol.
Con el tiempo se comprobó que era lo mejor que le pudo haber pasado. Un año y medio después de pasar sin pena y sin gloria por Birmingham Barons, la filial de los White Sox, se dio cuenta que no estaba preparado para alejarse del deporte que lo había consagrado a nivel mundial, y colgó definitivamente el bate.
El 18 de marzo de 1995 confirmó su regreso con 32 años recién cumplidos. Tuvo que lucir el número 45 porque el 23 colgaba en lo más alto del United Center. Lo más importante es que demostró que estaba intacto, pero diez días después le metió 55 puntos a New York Knicks en el Madison y le comprobó al mundo que estaba en condiciones de reclamar el trono. Pero esa ya es otra historia.
Fuente: Roberto Martín (Básquet Plus)
www.radio24segundos.blogspot.com.ar