Se cumplió un nuevo aniversario del Estadio Socios Fundadores, la casa de Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, el “templo” en el que han quedado grabados momentos inolvidables, alegrías y tristezas.
Pasaron 28 años desde aquel 24 de noviembre de 1985 en el que un galpón vacío se transformó, desde lo tangible, en una cancha de básquet, y desde lo intangible, en la casa de la pasión gimnasista. El eterno colaborador Juan Torres, quien llegó al club ese año para trabajar en la construcción del Socios Fundadores, recuerda que “cuando nosotros llegamos era un galpón cuadrado, no tenía absolutamente nada. Era un galpón pelado, así que empezamos a colocarle el techo, las luces, la calefacción y a pintarlo”.
Con tantos arreglos, los dirigentes con Ricardo Rodrigo a la cabeza se quedaron sin plata y el Socios se inauguró con lo que se puso, a medio terminar y una tribuna para 100 personas. “Al poco tiempo de inaugurar comenzamos a jugar los regionales y al no tener tribunas teníamos que traer camiones, tres acoplados para ponerlos de platea. Poníamos unas escaleras para que la gente se suba y pueda ver los partidos. Cuando llegamos a la B, lo único que teníamos era la popular, pero con la colaboración de mucha gente hicimos las plateas, soldando los caños”, continúa Torres con su relato sobre los primeros tiempos.
Con la ayuda de mucha gente, el Socios Fundadores se transformó en un gran escenario con capacidad para 2.276 personas (1.200 populares y 1.076 plateas), vestuarios, secretarías, gimnasio y cantina. Una superficie de 7.500 m² en una ubicación privilegiada en Comodoro Rivadavia.
Actualmente, el Estadio se ha embellecido y mejorado con las últimas reformas y ampliaciones. Se construyó un SUM con capacidad para 100 personas y vista al mar, se renovaron los vestuarios y se está construyendo la obra magnífica del gimnasio auxiliar en el playón del predio, que permitirá aumentar la oferta deportiva del Club.
Además de los partidos de Liga Nacional, el Socios Fundadores se utiliza para los partidos locales y regionales, los entrenamientos de todos los jugadores del club, torneos provinciales y nacionales y se alquila para espectáculos artísticos, actos o eventos particulares que convocan a una gran cantidad de gente.
En total, en el Socios Fundadores se han disputado 1100 partidos, incluyendo el cotejo de hoy frente a Weber Bahía. El Estadio ha sido históricamente un ala fundamental de los jugadores que durante 25 temporadas han jugado Liga Nacional para Gimnasia, puesto que en todo el país se lo conoce como un ambiente de presión y gran aliento por parte de los simpatizantes del “verde”.
Epicentro de momentos inolvidades
El Estadio Socios Fundadores es el tesoro más preciado del Club Gimnasia y Esgrima. En su historia de 94 años, la institución ha sufrido momentos de tristeza que incluyen la pérdida de gran parte de su patrimonio arquitectónico. Sin embargo, el Estadio resistió todas las tormentas y se transformó en el símbolo de la familia mens sana. Hoy es el sitio que aglutina todas las actividades del club deportivas, sociales y dirigenciales y es la casa oficial de la institución.
También ha sido epicentro de múltiples festejos y alegrías como el ascenso de 1989, que significó prácticamente la presentación a nivel nacional de Gimnasia y de Comodoro, como protagonista del mejor básquet del país. “El ascenso de la B a la A fue apoteótico. En Comodoro se vivió con una alegría impresionante porque Gimnasia tenía un equipazo. La gente colgada de los fierros en el Socios Fundadores, desesperada para poder entrar, filas y filas alrededor del Estadio”, recuerda Jaime Silberberg, histórico dirigente de Gimnasia hasta la actualidad.
Y el momento más celebrado en el Socios Fundadores fue sin dudas fue el único campeonato obtenido por Gimnasia en la LNB, en la temporada 2005-2006. Quienes estuvieron aquel día no olvidarán jamás la sensación de un estadio que se caía abajo por la cantidad de gente exaltada ante semejante logro. Gabriel Cocha, capitán de ese equipo e ídolo de Gimnasia revivió aquel momento como algo único: “Ese día me ponía las zapatillas y el vestuario se movía, cada vez que alguien abría la puerta, el ruido que venía de la cancha era tremendo. Pocas veces en mi vida sentí tanta energía, por un momento pensé que el estadio iba a hacer una implosión. Fueron sensaciones únicas, distintas, de esas que hay que vivirlas como para poder formar una mínima opinión”
Una curiosidad del Socios Fundadores es que todo aquel que concurre al Estadio puede observar un carretel de papel colgado en uno de los pilares. Lo anecdótico de esto es que alguien lo arrojó festejando el día que Gimnasia ascendió a la Liga Nacional en 1989 y allí permanece desde entonces, sin nadie que se atreva a tocarlo, como todo lo mítico que ocurre en ese templo pintado de verde y blanco, en donde desde hace 28 años se respira básquet, se desafía al viento y se alienta por Comodoro.
Informe y Foto: Prensa G.E.C.R. Indalo
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